
Esto me hace pensar. Porque pudiera ser que un diabético se encontrara a sí mismo cantando el sevillista himno del Arrebato al caer la noche, para su propia tortura, y sin poder hacer nada por evitarlo. Qué digo, podrían quedar afectados hasta los signos gramaticales; y si no, que alguien compruebe si una tilde diacrítica se puede volver absolutamente irrelevante por la noche, sobre todo si no hay luz, y por tanto no se puede leer.
No queda ahí la cosa; por la misma regla de tres es posible entonces que un diagnóstico se vuelva creyente de noche. "Qué cruz", se diría entonces de noche al recibir la noticia de que tenemos una enfermedad, mientras de día nos limitaríamos a un "Hay que joderse".
Hasta el mismo diablo enmudecería en las sombras nocturnas...
Qué cosas.