domingo, 28 de octubre de 2007

De la noche y el día

Las películas de vampiros, hombres lobos y otros monstruos de hace algunas décadas tienen un denominador común, y es que hay cosas que sólo cabe plantearlas si es de noche. De día ni se nos ocurre pensar en estos misteriosos seres, algunos de los cuales llegan incluso a ser respetables miembros de la sociedad, que en cuanto la rotación terrestre hace que el Sol quede oculto, se transforman en criaturas indeseables.

Esto me hace pensar. Porque pudiera ser que un diabético se encontrara a sí mismo cantando el sevillista himno del Arrebato al caer la noche, para su propia tortura, y sin poder hacer nada por evitarlo. Qué digo, podrían quedar afectados hasta los signos gramaticales; y si no, que alguien compruebe si una tilde diacrítica se puede volver absolutamente irrelevante por la noche, sobre todo si no hay luz, y por tanto no se puede leer.

No queda ahí la cosa; por la misma regla de tres es posible entonces que un diagnóstico se vuelva creyente de noche. "Qué cruz", se diría entonces de noche al recibir la noticia de que tenemos una enfermedad, mientras de día nos limitaríamos a un "Hay que joderse".

Hasta el mismo diablo enmudecería en las sombras nocturnas...

Qué cosas.

1 comentario:

RRock dijo...

Muy cierto, sabio Hal. Si yo hubiera escuchao los trakíos de la macro - tormenta de ayer por la noche, me habría cagao por las patas abajao. De día es diferente. Te ries incluso.

Las tajadas, los ligues,las comidas, todo se ve de otro color de día. Que no más feo.. Ja, ja.

Por cierto, gracias por tu aportación de "Time". Tenemos que hablar del tema. De día o de noche. Jaaaaaa